





En 1904, se funda una Bodega que produciría con el tiempo algo más que vino a granel.
Decepciones y desacuerdos marcaron en su seno un sello difícil de corromper. Premió la amargura, la falta, el miedo, los enigmas y las voces, que a modo encrucijada no daban paz a los rincones que se acobijaban a los pies de la montaña. Las familias pasaron y el marco de esa bodega fue siempre el mismo… atiborrado de secretos.
Donde las dudas y la adversidad teñían de misterio cada espacio, cada aroma y cada silencio que se encontró. Pero estas situaciones, adversas y latentes, hallaron un siglo después a un conciliador, un hombre de temple y carácter, Chito Sottano, quién impulsaría junto a su hija el renacer de nuevos vinos que reflejasen al mundo historia y determinación.
Así, varietales como el Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot y sus Blends se convirtieron en fuertes baluartes que junto al Raboso, un indómito del Piave, áspero y robusto, crecen hoy en Los Maitenes y no le temen ni al tiempo, ni al conflicto.
”todo siglo, toda familia , toda persona atraviesa un conflicto. Siempre que exista el vino , existirá un conciliador”
